martes, 11 de diciembre de 2012

Sueño con alas

La brisa de la madrugada llega a través de la ventana. 
Disfruto del momento único, de la tranquilidad y del silencio. 
Pero la soledad no es vacía porque puedo escuchar las voces que cantan dentro de mi. 
Una melodía suave y melancólica crece poco a poco diciéndome que algo no va bien, recordándome momentos pasados y atormentándome con el presente sin visión de futuro. 
Los tambores y las voces retumban dentro de mi cabeza, despertándome al hacerse más cercanas.
Las vibraciones se confunden con mi corazón.

No puedo evitar darme cuenta que la melodía viene de mi misma. 
Dejo que los sentimientos fluyan desde mi interior, recorriendo las entrañas. 
El canto sube por mi pecho y termina explotando en mi cerebro.
No sé que hay en este mundo para mi pero esta noche quisiera que mis pensamientos llegaran hasta las estrellas.

Estoy volando lejos, adentrándome en la inmensidad del espacio, en la incógnita del tiempo.

No soy la primera que ha soñado ni la última que lo hará. Sé que soy un eslabón más. Todos vivimos más allá del tiempo, del ahora.

Que extraordinario sería si mi mente pudiera volar más allá de esta prisión.
Atrapada en este cuerpo débil me retienes entre tus redes, sin dejarme volar.

El reloj prosigue sin detenerse mientras mi alma todavía fuerte palpita encerrada en tu prisión.
No soy la última que soñará la libertad.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Critica a futbol


 No me gusta el fútbol, quizás sea por eso por lo que no termino de entender este “deporte” y todo lo que le rodea.
 No alcanzo a imaginar las cifras de dinero que mueve, los sueldos de los futbolistas y la riqueza de todos los implicados. Ya no se ve el fútbol como deporte, en el sentido pleno de la palabra, sino como un evento que tiene el mérito de mover masas, mérito que reconozco, no logran muchas otras actividades necesarias, tanto o más, de la atención de la gente: el hambre, la explotación infantil, el maltrato a los animales, la investigación científica, las catástrofes medioambientales, o simplemente, un poema.
Los niños ya no quieren ser futbolistas, quieren ser David Beckham, Ronaldo, o Iker Casillas. 
Ya no admiran el deporte, sino a una persona con nombre y apellidos, y más que nada, todo lo que rodea a esa persona, que suelen ser coches buenos, chicas bonitas, fama, publicidad, y…dinero. 
Es curioso cómo otros deportes con más mérito y esfuerzo para el deportista, pero con menos glamour, no logran igualar este fanatismo, como el ciclismo, la natación sincronizada, y muchos otros.
No recuerdo haber oído a algún niño que quisiera ser Severo Ochoa, Nelson Mandela o Gustavo Adolfo Becker, por decir algún nombre, y no una profesión.
Me fastidia pensar cómo la investigación, siempre necesitada de dinero, no consigue patrocinadores tan fuertes como el fútbol, y como los nombres de científicos importantes, caen en el olvido de nuestro cerebro (yo me incluyo en esto), y cómo un partido de fútbol, es más interesante que un descubrimiento científico que puede aplicarse para alargar, o mejorar, una vida, que tal vez necesite vivir para ver un partido de fútbol.
He de reconocer que las últimas catástrofes ambientales han logrado también mover masas de gente, pero lo triste es que un partido de fútbol se recuerda durante mucho tiempo, se recuerda el día, la hora, el lugar donde se jugó, el minuto decisivo del partido, el penalti injusto...y una catástrofe ambiental se recuerda el tiempo que sea noticia en los medios de comunicación, y una vez que lo silencian, nos parece que todo se ha solucionado y que, al fin y al cabo, no fue para tanto, y si no oímos hablar de ello, será porque todo se ha solucionado.
Muchas veces me he sentido fuera de una conversación, sobre todo los lunes, cuando el tema estrella son los partidos de fútbol del fin de semana, que evidentemente, ni he visto, ni me interesan. Pero me resulta curioso participar como espectadora y observar los argumentos y teorías que defiende cada uno para hacer valer su opinión, y me resulta aún más gracioso cómo, por un partido de fútbol, se llega hasta discutir. 
Se habla mucho de la anorexia y las modelos, y de la imagen que transmiten a las niñas de hoy en día, pero también habría que pensar en los valores que los futbolistas pueden transmitir a los niños/as, cuando sus comportamientos en los partidos, no son del todo “deportistas”, y dicen y hacen palabras y gestos que después, son imitados por sus pequeños seguidores. 
Como en todo, siempre hay excepciones, no vamos a hacer pagar justos por pecadores. 
El fútbol ha convertido a muchos futbolistas en “héroes”, por meter un balón en una portería. Sin quitar mérito a los profesionales del fútbol, ¿no merecen también la denominación de héroes tantas y tantas personas que, sin meter un balón en una portería, gastan sus esfuerzos y su imaginación en intentar conseguir un mundo mejor? He dicho.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Instantes

En este mismo instante alguien se despierta en la ciudad y alguien cierra sus ojos para dormir o para soñar o simplemente para no ver su realidad. 
Alguien espera en una esquina, y alguien camina sin rumbo calle abajo. 
Una pareja discute y un ejecutivo corre hacia su puesto de trabajo. 
En este mismo instante alguien se besa bajo la tenue luz de una farola. 
Alguien mata y guarda su pistola. 
Una
 mujer enciende su gramola y aquella vieja canción no la hace sentir tan sola.
Un recién nacido dice hola y un anciano dice adiós, o hasta nunca, o hasta siempre, mientras alguien de repente siente que una vida crece en su vientre.
Una chica se despide de su novio en un andén mientras se sube en ese tren que acelera trepidante.
Alguien distante, bucea en vasos de vodka, uno tras otro y otro, y ya van doce.
Una niña se mira en un espejo y apenas se reconoce.
En este mismo instante un estudiante cierra un libro y sabe que lo aprendido le hace sentir más sabio y también más confundido.
Una mirada se cruza entre dos desconocidos que si se hubieran conocido serían el uno para el otro.
Alguien vende su cuerpo y alguien compra medicamentos para perder parte de él.
En este mismo instante, un chico rico se mete un pico para sentirse a salvo y un chico pobre se mete en un equipo para ser como Cristiano Ronaldo.
Alguien se siente resguardo en el sueldo de un trabajo fijo, y alguien en un crucifijo y alguien en el cobijo de un cartón que sirve de escondrijo.
En este mismo instante un hijo ejemplar es feliz comiendo regaliz y una madre sabe que su amor no será barniz ante otra cicatriz de su hijo, problemático.
En este mismo instante, alguien abre un regalo y alguien un bote de barbitúricos. Alguien abre su mente, y alguien sus piernas.
Alguien dice, no me dejes nunca, y alguien dice, no quiero que vuelvas.
En este mismo instante, alguien da un abrazo y alguien un puñetazo.
Alguien está sintiendo los ojos del rechazo por ser demasiado oscuro, o inteligente o gordo o afeminado.
Alguien anda abandonado con la mente perdida y alguien se siente perdidamente enamorado.
En este mismo instante, un presidiario charla consigo mismo tan solitario.
Una familia numerosa se sienta a cenar y lo único que se oye es el telediario.
En este mismo instante, alguien está viviendo su más mágica experiencia y alguien sube a una ambulancia de camino a urgencias.
Alguien está dando clases, alguien tumbos. Alguien está dando las gracias y alguien gritos de socorro.
En este mismo instante, una pareja se entrega apasionadamente y un ejecutivo sale de su puesto de trabajo.
Alguien sigue esperando en esa esquina y alguien camina sin rumbo calle arriba.
En este mismo instante, alguien se despierta y alguien cierra sus ojos.