Ando por las calles hasta ir a parar a una plaza
vacía, como la soledad.
Noto vibrar mi corazón resentido al notar que soy observada por
ti.
De repente apareces y te acercas lentamente, yo sin poder evitarlo ando
hacia ti mientras la lluvia rodea mi cuerpo mojándome.
Noto el frío del aire,
como el tiempo se para tras cada suspiro que
invente.
Llegamos donde nos
miramos cara a cara, siempre en tensión como un
reto constante, a ver quién es
más fuerte de las dos.
Tú ya no pareces tú y yo ya no sé muy bien quién soy, y
de repente
surgiendo de la nada aparece una niebla queriendo atraparnos,
cerrándose hasta que solo quedamos tu y yo...
Entonces es cuando me doy cuenta
de que tu mirada no es la misma,
que ha cambiado.
Das un paso atrás en esa
niebla, y te alejas, porque ese es tu sitio y no el
mio.
Y aunque intente andar
hacia a ti intentando sujetarte, tu respuesta es
negar con la cabeza porque las dos sabemos que eso es imposible,
¿por que harás las cosas tan difíciles?¿por que las has complicado
tanto? Con lo fácil que es a veces un poco de cariño y comprensión...
Entonces lo único que me queda es observar como
desvaneces poco a
poco mientras memorizo cada detalle del pasado, cada momento
de mi
niñez…Pero eso da igual ¿verdad? porque pronto tu imagen
desaparece.
Y es
ahí cuando me siento y quedo completamente sola en la penumbra,
y mientras
ignoro lo que otros piensen de mi, inclino la cabeza entre mis
piernas y lloro
en susurros, suavemente.